Te apetece acariciar a tu pareja, rozar toda su piel con tus manos, descubrir con las yemas de tus manos cada pliegue de sus brazos, las curvas de sus muslos, los músculos de sus brazos… ¿pero no sabes aún cómo pedírselo? Antes de nada, tenéis que estar en un lugar cómodo, donde no haya muchos ruidos y, si es posible estar a solas. Cierra tus ojos mientras das o recibes el masaje, y deja que tus manos y las suyas transmitan todo lo que sentís.
Preparativos
Antes de nada, prepara el lugar ideal para dar el masaje:
- Extiende una tolla, una manta o una sabana en el suelo ( en el caso de que la cama sea muy blanda para no hundiros ).
- Prepara una crema o aceite ( te servirá cualquier crema de las de después de la ducha ).
- En verano, procura que sea en un lugar fresco, donde ninguno de los dos paseis calor.
- Ten a punto una toalla: así quien va a recibir el masaje puede quitarse la ropa que le moleste, pero se podrá cubrir sin querer totalmente desnudo/a. Y, sobre todo, toma el masaje como una forma divertida y diferente de comunicar a tu chico/a lo bien que te sientes a su lado y las ganas que tienes de que él/ella también se encuentre a gusto.
Más que caricias
Con la caricia sólo rozas superficialmente la piel, mientras que con el masaje vas más allá. Al masajear, produces un efecto sobre lo que se encuentra debajo de la piel, principalmente un efecto sobre lo que se encuentra debajo de la piel, principalmente sobre los músculos. Por eso con el masaje puedes conseguir relajar determinadas partes del cuerpo de tu pareja; al mismo tiempo, tienes que ser muy cuidadoso/a para no hacer daño. Pero el masaje no sólo sirve para relajar músculos: puede ser un juego entre los dos, un camino para acariciarlos….incluso una forma de hacer las paces…
Masaje relajante o de ” conciliación “: habéis discutido, pero estás deseando volver a besarle/a. No sabes como disculparte o ya te da igual quién tenía razón; párate a pensar lo mucho que quieres a tu chico/a y no digas nada más. Pídele que se quite la camisa y se tumbe boca abajo. Pon tus manos sobre su espalda .No os mireís, ¡ saldrán chispas !, pero presiona con suavidad con tus pulgares a lo largo de su columna vertebral. Al principio suavemente, como si se tratara de una caricia profunda, para pasar a presionar un poco más cada vez. Recorre la columna de arriba abjo y de abajo arriba, muy despacio. Pídele que relaje los brazos y los músculos de su cara. Notarás que las partes más duras se encuentran cerca del cuello y los hombros (¡ aquí se encuentra toda la tensión de su enfado!). Cuando notes que estas zonas se van relajando al mismo tiempo que él/ella, puedes dar por terminado el masaje, si quieres… Veréis que después ya no os apetece discutir.
El masaje cariñoso: puedes mostrar toda la ternura que sientes masajeando ciertas partes del cuerpo de tu chico/a: sus manos, su cara, sus hombros, su cabeza… Empieza por su cara. Pídele que se siente delante de ti y que se relaje ( lo mejor es que cierre sus ojos ). Ahora sujeta su cabeza con tus manos y pasa tus dedos pulgares por su frente y por sus sienes, describiendo círculos con las yemas de los dedos. Es aconsejable que respire despacio. Después, sigue con tus dedos pulgares el recorrido de su nariz; desde los ojos hasta los labios. Puedes detenerte en sus labios y dibujar su contorno con tus dedos: sentirá cosquillas muy agradables. Para masajear sus manos, sentaos el uno frente al otro y coge sus manos entre las tuyas. Presiona su palma, estira lentamente los dedos…
Para masejear su cabeza hay algo que os resultará realmente agradable. Coge uno por uno sus mechones de su cabello de distintas zonas de la cabeza y estira (¡sin hacer daño!). Veras como esa pequeña sensación resulta fantástica.
Los hombros son una zona fantástica para masajear. No tendrás ningún problema para que tu chico se quite la camiseta y, si lo que quieres es masajear los hombros de la chica, hazlo cuando ella lleve una camiseta de tirantes o, por ejemplo, en la piscina, cuando lleva puesto el bañador o bikini. Pídele que se siente delante de ti y empieza recorriendo, con la palma de tu mano, desde el cuello ( pasando por los hombros ) hasta el antebrazo. Ahora detente en los hombros, sujetándolos con tu mano y presiona con tus dedos pulgares. Verás como se va sintiendo relajado/a y, sin darse cuenta, inclina la cabeza hacia abajo. Mientras estés masajeando no olvides pedirle que cierre los ojos y, si tú también cierras los tuyos, verás cómo notas una curiosa y agradable sensación: la de estar en ese instante totalmente unidos.
Muy sensual
El masaje también es, muy a menudo, un juego erótico para la pareja. Puedes empezar a quitarle la ropa de aquellas zonas que vas masajeando. Primero la camisa, después los zapatos… también puedes darle el masaje mientras tapas sus ojos con un pañuelo, o pedirle que sea él/ella quien te dé a ti un masaje en aquellas zonas de tu cuerpo que te parezcan más sensibles…
La espalda: es la mejor zona para comenzar un masaje. Extiende un poco de aceite sobre la palma de tu mano y frótala con la otra palma: así no notará contraste de temperatura y no le causará impresión. Comienza con una suave recorrido de tus manos por su piel, primero con un toque muy sutil, igual que una caricia, después, puedes comenzar a frotar con rapidez pero sin hacer fuerza. Ve aumentando la presión paulatinamente, deteniéndote en las zonas más musculosas. Con los puños cerrados presiona a ambos lados de la columna vertebral (¡evita siempre los huesos!). Ahora extiende tus manos sobre su piel y busca los músculos que se encuentran debajo de ella para amasarlos como si se tratara de “plastilina”. Fíjate en las expresiones de tu chico/a y disminuye la presión siempre que notes que estás haciendo daño o que no le resulta agradable.
Las piernas y los pies: aunque te pueda parecer raro, los pies son una de las zonas más agradables par recibir un masaje. Sujeta uno de sus pies con las dos manos y presiona con tus pulgares mientras los deslizas por la planta (¡sin hacer cosquillas!). Pasa tus dedos entre los dedos de sus pies, muy despacio, como si estuvieras recorriendolos; ahora presiona por cada lateral… ¡Es realmente excitante! También puedes masajear sus muslos. Colócate de rodillas, y pídele a él/ella que se tumbe boca arriba. Sujeta uno de sus muslos con las dos manos y muévelas en direcciones opuestas, como si estuvieras retorciéndolo. Desplaza tus manos lentamente hacia arriba para favorecer la circulación de la sangre. Recuerda que la parte interna de los muslos es una zona muy sensible y excitante, si la vas a masajear asegúrate de que tus manos tienen aceite o crema suficiente ( para no hacer daño ) y hazlo con mucha delicadeza. Puedes avanzar en este sentido y llegar a los glúteos. Clava con suavidad tu codo en el centro de la nalga. Si lo haces con la presión adecuada transmitirás una sensación de cosquilleo muy agradable.
El pecho: esta zona especialmente sensible en las chicas, hay que evitar cualquier presión sobre los senos. Dar un masaje en el pecho puede ser muy agradable. Junta las palmas de tus manos extendidas y apoya los cantos en el centro del pecho. Sepáralas lentamente mientras presionas un poco hasta que la palma de la mano quede sobre su pecho ( si es la chica la que va a recibir el masaje, no se presionará al llegar a los senos y las manos pasarán lentamente sobre ellos ). Presiona sobre el músculo deslizando la mano hacia los lados que queden en los costados, pasa por sus hombros y llega hasta el cuello, para terminar estirando suavemente su cabeza… A los chicos les resultará muy agradable si ahuecas un poco la palma de la mano y golpeas con suavidad.