No renuncies al placer de picar

Picotear de vez en cuando no tiene por qué desnivelar la báscula. Seleccionar las tapas más ligeras y degustarlas con moderación es la clave.

Por ejemplo, una tapa de jamón de jabugo no supera las 180 calorías, mientras que uno de croquetitas llega a las 270. Lo mismo ocurre con las olivas o el queso. Una tapa de olivas rondas las 100 calorías, mientras que una de queso tiene unas 375.

Otra de las claves para no engordar es aligerar los menús diarios para que las calorías de más que se consumen al picotear no se traduzcan en sobrepeso. Por ello, si en una ocasión especial se pica, lo ideal es compensarlo cenando menos. Y si se tiene la costumbre de ir de tapas el fin de semana, planificarlo antes (por ejemplo, dejar de tomar una rebanada de pan al día son 350 calorías menos a la semana).

Pero no siempre se pica por placer, a veces se hacer por aburrimiento o ansiedad. En estos casos, ni siquiera existe la conciencia de lo que se está picando o en qué cantidad y sumamos sin darnos cuenta una gran cantidad de calorías de más. Este picoteo oculto desequilibra la dieta, ya que el estrés y la ansiedad despiertan el deseo de ingerir alimentos muy calóricos, ricos en grasa y azúcares. Este es el picoteo que debemos eliminar para no engordar.

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