La clave es tener un buen corte de pelo. Si dejas pasar mucho tiempo entre visitas a la peluquería (lo ideal es ir cada sies u ocho semanas), tu cabello crece sin ton ni son y se vuelve más difícil de manejar.
Usar demasiado acondicionador o un producto demasiado fuerte añade peso al cabello, y si lo tienes fino lo dejará aplastado. Por eso, asegúrate de aclarar perfectamente el acondicionador. Ahora bien, si lo tienes rizado, puedes dejar un poco para evitar que se encrespe.
Por la misma razón, no abuses de los productos de peinado. Basta con aplicar la cantidad justa de gel, spray o loción para obtener el resultado deseado. Añadir más podría aplastar el pelo.
Es imprescindible que la cutícula capilar permanezca plana para que el pelo se vea limpio y brillante. Por eso nunca dirijas el chorro del secador de la punta a la raíz, porque lo escrespará y te lo resecará.