Tras varias horas de pie, las extremidades acumulan sangre “mala”, con tóxinas y pobre en oxígeno y elementos nutritivos. El resultado son las llamadas “piernas cansadas”. Algunos cuidados extra te van a ayudar a eliminar esta carga.
En casa, prepara un baño de agua caliente con unas gotas de lavanda y sumerge las piernas. Mantenlas unos minutos y después aplica un chorro de agua fría. Sécalas bien y utiliza alguna loción. Hay bálsamos como Confort Legs, de Alquimia, que revitalizan el sistema circulatorio gracias a la acción de sustancias como el mentol, refrescante y tonificante, o el romero, activador del flujo energético.
En el spa encontrarás tratamientos específicos. El centro Sebsay ofrece una sesión para piernas cansadas que combina el emplasto de arcilla verde y blanca, micronizados de plantas medicinales y aceites esenciales con drenaje linfático manual. Dura una hora aproximadamente y cuesta unos 50 euros.
Para el baño, puedes sustituir la lavanda por sales de baño e incluso sal común. Te ayudará a descongelar la zona.