Parece que no, pero ya estamos empezando los días de calor, aunque la sensación de que hace muy poco estábamos comenzando el año nos diga lo contrario. Las temperaturas son variables todavía pero las horas de sol son muchas más y la incidencia de este es mucho más directa. Puedes ver 16 grados en el termómetro pero al sol la sensación es de rondar los 30 grados. Los rayos UVA y UVB también se incrementan mucho en estas fechas de manera muy rápida y hay que buscar protección.
La exposición al sol y sus peligros
Una exposición en las horas centrales del día al sol puede producir quemaduras en la piel, enrojecimiento e incluso insolaciones.
Así que tenemos dos opciones lógicas, escondernos y dejar de disfrutar esas horas o bien utilizar protectores para evitar el daño.
Qué tipos de protectores solares son más recomendados
En los últimos años, la evolución del protector solar con filtros fisicos ha sido extraordinaria. Son los protectores más seguros para la piel y los que mejor resultado producen. Ahora puedes encontrar gamas como la de Bioderma Photoderm que tienen filtros minerales que no perjudican la piel y también respetan los entornos acuáticos con menos contaminantes.
Hasta hace unos años casi todos los protectores solares eran químicos. Vamos a ver un poco de sus diferencias.
Protectores solares químicos o físicos (minerales)
El funcionamiento de los filtros químicos se produce aplicando la leche o gel que lleva moléculas que absorben las radiaciones UVA y UVB transformándolas en calor mediante un proceso químico. Esto supone integrar en la piel estas moléculas derivando en algunos casos en reacciones alérgicas (en especial para pieles sensibles). Algunos de estos compuestos son el PABA (para-aminobezoico), el dióxido de titanio o la avobenzona.
En el caso de los filtros físicos lo que se busca es crear una pantalla que haga que las radiaciones solares no lleguen a la piel. Los más comunes son óxido de zinc, dióxido de titanio, talco, mica y óxido de hierro. Su propósito es crear una capa sólida que absorbe la radiación, no llegando así a la piel. Los filtros físicos o minerales se pueden utilizar en bebés a partir de los 6 meses y en personas con mayor sensibilidad en la piel.
Otros aspectos importantes que valorar a la hora de elegir un filtro solar
Rayos UVA y UVB
La protección contra los rayos UVA y UVB aparece en muchos de los productos destinados al sol. Los rayos UVB penetran tan solo en las primeras capas de la dermis. Son los principales causantes de las quemaduras y enrojecimientos. Los rayos UVA penetran mucho más en la piel y los problemas que pueden llegar a causar son más duraderos. A la hora de buscar un buen protector es importante comprobar su eficacia contra los rayos UVA para cuidar de la piel a largo plazo.
Ingredientes
En esta sociedad tan informada conocemos algunos componentes químicos que es mejor no utilizar en la piel como las siliconas. Es importante buscar fórmulas en las que se eviten compuestos tóxicos o dudosos así como un exceso de ingredientes. Casi siempre , menos es más. Un excesivo número de elementos en el INCI puede inducir en pieles más sensibles a reacciones cutáneas en pieles sensibles por los posibles efectos combinados (están saliendo estudios en toda Europa relacionados con el efecto cocktail de los conservantes, por ejemplo).