En ocasiones, algunos bebés no presentan una forma regular en su cabeza, es decir, una forma más bien redondeada, sino que tienden a mostrar una apariencia más bien alargada o en forma de pera. En estos casos, es posible que el cambio de forma se deba a una acumulación de sangre de tamaño variable.
En el caso de la cabeza alargada, hablaríamos de posibles hematomas causados por el paso del pequeño por el canal del paso del bebé por el canal de parto. Puesto que los huesos del cráneo son más bien blandos en los primeros meses para adaptarse en el momento del parto, pueden deformarse con facilidad. Así, es posible que se sufra un leve traumatismo en la parte superior de la cabeza que forme hematomas.
La cabeza en forma de pera responde al uso de la ventosa para favorecer la salida del pequeño en el último tramo del canal del parto. Este mecanismo tan sólo se usa en el 5 o 10% de los partos.
Tanto en los casos de presentar cabeza alargada como en los de forma de pera, no es necesario realizar ningún tipo de intervención ni tratamiento. El cerebro del bebé se mantiene bien protegido y no habrá sufrido lesiones. En cuanto al aspecto físico, la cabeza recupera su forma normal en pocos días y los hematomas se reabsorben solos en la mayoría de los casos, desapareciendo sino en unos pocos meses.
Imagen | Zambon