Para seguir una dieta, la fuerza de voluntad es fundamental, y mantener a raya el hambre forma parte del plan. Sugerimos algunos consejos para no desfallecer y al mismo tiempo no pasarse en calorías.
Beber agua y todo tipo de infusiones entre horas.
No hacer ejercicio de manera descontrolada porque provoca un ansia de comer difícil de controlar.
Comer cada dos o tres horas. Increíble, pero cierto. No se trata de lanzarnos sobre una bolsa de patatas ritas o de panchitos, sino de realizar un picoteo sano: una manzana, un quesito, un yogur o un biscote. Así no llegaremos a la siguiente comida muertas de hambre.
Tomar algo caliente al irnos a la cama. Para poder conciliar el sueño y dormir plácidamente toda la noche sin que el hambre nos asalte. Es aconsejable ingerir una infusión, un vaso de leche desnatada con café soluble o cacao light, o incluso un caldito. Si están calientes, la sensación de saciedad será mucho mayor.