No hay dos tonalidades iguales, puesto que todos los creadores de pigmentos componen propias mezclas. La clave para encontrar el color de sombras que más favorece a tu tez, cabellos y ojos es probar directamente en el rostro, mézclalo con otros tonos hasta hallar la unión perfecta. En definitiva: diviértete probando las sombras.
No obstante, los maquilladores sí hablan de algunas combinaciones que sientan bien a la mayoría de las mujeres. Por ejemplo: el equilibrio crómatico se alcanza ,mezclando los tonos azules con los rosas. Los marrones también favorecen a casi todas las facciones. Para dar luz, utiliza este color como base y ve enriqueciéndolo con unos suaves toques de rosa o naranja.
El resultado que puedes obtener con las sombras es distinto según su textura.
En polvo: suelen utilizarse en seco, pero también en mojado para que los pigmentos duren más y la intensidad sea mayor (Sombras Color Focus, de Lancôme).
En crema: frescas y brillantes, están dirigidas a párpados con tendencia a desplazar los pigmentos y a formar pequeñas líneas (Icy Eyes, de Helena Rubinstein).