A pesar de los formaldehídos haber sido prohibidos en concentraciones por encima del 0,2% por la OMS, aún es común encontrar mujeres que lo usan para los famosos alisados progresivos. Los problemas comienzan cuando las concentraciones del formaldehído traspasa el límite permitido, porque lo que nos “soluciona” el problema del cabello rebelde y frizado, nos acaba generando otros problemas nada agradables, principalmente a nivel piel
Para obtener el efecto de alisamiento, se comienza utilizando concentraciones muy altas y existen efectos colaterales, tanto para el cliente como para el profesional. Entre ellos y como más destacado, está la reacción alérgica, que puede ser local, como un enrojecimiento y picazón hasta caída de cabello y reacciones respiratorias.
Para los profesionales, que entran en contacto con el material muchas veces, las contraindicaciones de medio y largo plazo incluyen alteraciones en el aparato digestivo y en el hígado.
Según los dermatólogos, existen otras opciones más seguras que también alteran temporalmente la estructura del cabello, garantizando el efecto liso perfecto. Por tanto, si quieres alisarte el pelo, invierte en productos de compuestos basados en ácido sórbico, ácido salicílico, aminoácidos de seda y de la leche o urea.