Bajo el nombre de Listeria monocytogenes (o conocida simplemente como Listeria) nos encontramos con una bacteria causante de una infección llamada listeriosis. Se trata de una infección que, por lo general, no suele causar problemas graves en la mayoría de las personas. Aunque cuando ésta se contrae durante el embarazo sí puede ser peligrosa, ya que puede conducir a una enfermedad mucho más seria tanto en los bebés que aún no han nacido como en los recién nacidos.
Durante la gestación, la infección puede causar un aborto espontáneo. Mientras que si se contrae un poco más tarde, en el recién nacido puede llegar a provocar neumonía y la muerte. Por ello, la prevención de la listeriosis durante el embarazo es extremadamente importante. Es decir, cada embarazada debe conocer de qué forma puede evitar y prevenir la listeria en la gestación.
La bacteria se encuentra sobre todo en el suelo, el polvo, el agua, los alimentos procesados, la carne cruda y las heces de animales. No obstante, la mayor parte de los casos de listeriosis se contraen por consumir alimentos contaminados con la bacteria.
Cómo evitar la listeria en el embarazo
Es bastante probable que, durante el embarazo, tu médico te dijo que evitaras los quesos, las carnes crudas o frías, los embutidos y el sushi sin pasteurizar con el fin de evitar la listeriosis. El motivo es evidente: la bacteria puede encontrarse sobre todo en este tipo de alimentos frescos, en especial en la carne cruda y en el agua contaminada.
Aunque la listeriosis es una enfermedad grave, por suerte, en realidad es una infección mucho más rara de lo que se piensa en el embarazo. A pesar de que, en los últimos meses, los casos aumentaran de forma alarmante después de la alerta sanitaria por casos de listeriosis tras consumir carne mechada en Andalucía.
1. Evita determinados alimentos
Muchos expertos coinciden en que las mujeres embarazadas deben evitar cualquier alimento crudo y sin pasteurizar, como el queso, la leche e incluso la sidra. ¿Y qué significa que un alimento ha sido pasteurizado? Básicamente consiste en un proceso en el que el alimento es sometido a elevadas temperaturas con el fin de matar los gérmenes que, en ocasiones, se pueden encontrar en este tipo de alimentos.
Además, también existen otros alimentos que es aconsejable evitar durante la gestación:
- Carne, aves y pescados crudos o poco cocinados.
- Perritos calientes.
- Embutidos, en especial el jamón serrano.
- Patés de carne refrigerada (para untar).
- Mariscos ahumados.
- Huevos crudos o platos con huevos (como la salsa holandesa).
- Hortalizas y brotes crudos.
A la hora de cocinar la carne y el pescado, lo ideal es hacerte con un termómetro de cocina para alimentos. De esta forma, te asegurarás de cocinar siempre los alimentos a la temperatura adecuada: el pescado se debe cocinar a una temperatura mínima interna de 63 ºC, y la carne entre 63º a 74 ºC.
Por otro lado, a la hora de comer frutas y verduras es importantísimo lavarlas muy bien antes. En el caso de las verduras, lo más adecuado es cocinarlas bien. Y, en el caso de las frutas, lavarlas y pelarlas siempre (es decir, nunca consumirlas con su piel).
2. Lávate siempre las manos
Esta práctica es fundamental no solo a la hora de evitar la listeriosis, sino en definitiva cualquier otra enfermedad infecciosa. De hecho, con un lavado de manos adecuado con jabón y agua tibia durante al menos 20 segundos, puedes eliminar la mitad del riesgo de contraer una enfermedad infecciosa.
Incluso no solo cuando vayas a comer, sino cuando estés cocinando, es de vital importancia lavarte bien las manos sobre todo cuando manejes alimentos como verduras y hortalizas, pescado, carne y huevos. Por tanto, asegúrate siempre de lavarte bien las manos antes, durante y después de la manipulación de los alimentos.
3. Limpia bien todas las superficies
Además de limpiarte las manos, es también fundamental limpiar y desinfectar las tablas de cortar, encimeras y utensilios que hayas usado en la preparación y cocción de los alimentos, ya que en estos elementos es donde pueden permanecer las bacterias.
4. Evita la propagación de las bacterias
Al igual que limpias bien todas las superficies, es aconsejable utilizar tablas de cortar separadas para la carne y para las verduras. Además, se aconseja cambiar las esponjas húmedas regularmente.