Muchos padres temen la influencia que pueden llegar a tener los cantantes en la vida de los adolescentes. A los once años, un niño sigue siendo como una esponja y se deja influir; copian estilos y quieren ser como los demás. Un niña de doce años compra una revista juvenil y puede que sienta complejos al no reconocerse en esas fotografías, y al diferenciarse de esas modelos y artistas sin sentirse bien dentro de su propia piel.
¿Cómo les afectan las celebrities, y en qué medida cambian su vida? Depende de cómo sea el famoso. Miley Cyrus, por ejemplo, fue declarada el año pasado la peor influencia para adolescentes por demostraciones tan poco inocentes tales como bailar en la barra de striptease en los Teen Choice Awards. Podemos asegurar que estrellas mediáticas como Miley podrían no ser la mejor influencia para una niña de once años que todavía no comprende que vestir con un top ombliguero y una mini, como Britney Spears en sus conciertos, no forma parte de la vida real sino de otro mundo imaginario.
No podemos afirmar, sin embargo, que ningún cantante transmite valores positivos, y tampoco podemos decir que el hecho de que nuestras hijas se aprendan las coreografías de artistas tales como Miley o Britney signifique que la influencia tenga por qué ser mala. En casa podemos ayudarles a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, para que tengan un criterio propio y no se dejen llevar por lo que observan a través de la pantalla.
Y optemos siempre por influencias positivas tales como la cantante Bebe, que mediante su voz y sus letras inspira a muchísimas mujeres a respetarse a sí mismas.
IMAGEN: El Mundo
