No sólo sirven para mantener un poco la tranquilidad en casa, permitir a los padres hacer tareas o para pasar un rato agradable simplemente. Los juguetes son un arma de doble filo: por un lado divierten a los niños y dan algo de tranquilidad a los padres y por otro, son un excelente objeto de intercambio y herramienta educativa.
Además de esto, también se convierte en una poderosa herramienta de intercambio en lo que también a educación se refiere. De este modo, una buena conducta puede reforzarse con un juguete y una mala conducta, suponer la retirada de uno de sus juguetes, ya que son un elemento importante en su vida y así debe seguir siendo durante su niñez.