Parece que quedarse embarazada sea sencillo, sobre todo cuando no se está deseando estarlo. Las futuras mamás que intentan concebir un bebé y les está costando más de lo previsto se estarán dando cuenta de que el embarazo no es tarea fácil es que, sólo es posible durante la ovulación y no en cualquier etapa del ciclo menstrual.
La fase de la ovulación tiene lugar cuando el óvulo se desprende del ovario y ocurre hacia la mitad del ciclo menstrual (es decir, en torno al día 14 del ciclo). Si en ese momento hay espermatozoides que se encuentran con el óvulo en las Trompas de Falopio, se puede llevar a cabo la fecundación.
Por tanto, durante la menstruación no es posible quedarse embarazada, puesto que el óvulo se ha degenerado y además, la hemorragia y el ambiente hostil dentro del útero dificultan el paso y la supervivencia de los espermatozoides. Sólo en los casos en los que una mujer se ha quedado embarazada sangrando, han sido porque el sangrado se ha debido a otra causa y no se trataba de menstruación.
El embarazo puede tardar entre 6 y 12 meses en producirse, un periodo que puede alargarse cuanta más edad tengan los miembros de la pareja. Sin embargo, es posible quedarse embarazada muchísimo antes de ese periodo e incluso en el primer intento. Si ha pasado un año y no se ha producido el embarazo, se recomienda hablar con un médico para que realice las pruebas pertinentes con el fin de evaluar si existe algún tipo de irregularidad, tanto en el hombre como en la mujer.
El mejor momento para concebir en el ciclo menstrual es, según algunos expertos, tener relaciones sexuales en los días alternos cuando se acerca la ovulación y justo después de la misma. Por tanto, si la ovulación se produce el día 14, deberían tenerse relaciones el día 13 y el 15. Los especialistas basan esta recomendación en que los espermatozoides se mantienen vivos durante 72 horas, por lo que pueden continuar su recorrido en este tiempo.
En una eyaculación puede haber unos 200.000 espermatozoides y puede que en el trayecto se libre una batalla entre ellos. Finalmente, sólo uno -en ocasiones dos-, conseguirá llegar hasta el óvulo y este, atrapará al espermatozoide entre sus vellosidades para que no entren más espermatozoides.