

A todas las madres nos preocupa que nuestros bebés no nazcan en perfecto estado de salud. Y este tipo de preocupaciones no desaparecen una vez que tenemos al bebé con nosotros. Son muchas las cosas que pueden ocurrir mientras los niños son tan pequeños, y a las madres nos preocupan todas ellas. Uno de los problemas de los que más oímos hablar es la displadia de la cadera de un bebé.
Vamos a ver qué es esta dolencia, por qué puede aparecer y qué tratamientos existen para mejorar la situación y garantizar la buena salud del bebé. ¡No te lo pierdas!
Qué es la displasia en la cadera de un bebé
Esta anomalía puede afectar a un bebé desde el nacimiento, por lo que es especialmente importante ser capaces de diagnosticarla rápidamente para poder corregirla en los primeros meses de vida del bebé.
Si has tenido un bebé ya habrás visto como tanto en el hospital como, más tarde, en el pediatra buscan chasquidos en la cadera. Le rotan las piernecitas hacia fuera y hacia dentro varias veces escuchando si hay algún ruido en la zona de la pelvis. Este chasquido, cuando lo encuentran, es señal de una posible displasia.
También observan que los pliegues de las piernas del bebé sean simétricos por detrás. Esto es un indicador de la buena situación de las piernas. Si los pliegues de una pierna están más caídos puede ser por un problema en las caderas, y uno de estos problemas puede ser la displasia de cadera.
Causas de la displasia en la cadera de un bebé
Aún no están claras las causas de este tipo de problema. En realidad, es muy difícil determinar las causas y los procesos en las enfermedades de los bebés, ya que cuando están en el vientre materno no podemos tener información al 100% fiable.
Se cree que una de las causas en la mala postura del bebé dentro del vientre. Si gira sólo un poco y no se coloca en posición de expulsivo puede que sus piernas no queden en buena posición y esto le afecte a las caderas. También se ve relación con el líquido amniótico y sus bajos niveles.
Lo que sí está claro es que hay algunos factores que hacen que sea más ocmún sufrir displasia de cadera:
- Sexo: Las niñas tienen más probabilidades de sufrirlo que los niños.
- Orden de nacimiento: Los primogénitos suelen presentar esta malformación en mayor porcentaje que los segundos hijos o posteriores.
- Herencia genética: Aunque no siempre se hereda si alguien en la familia lo ha sufrido es probable que el nuevo bebé también lo sufra.
- Tamaño: Si el bebé nace excesivamente grande puede que no haya tenido suficiente espacio para tener una buena postura y esto afecte a sus caderas.
Los últimos estudios determinan que la displasia de cadera aparece en 1 o 2 casos de cada 1.000 bebés recién nacidos.
Tratamiento no quirúrgico de la displasia de la cadera
El tratamiento no quirúrgico de la displasia de cadera es el menos invasivo de todos. Se procura utilizar este tratamiento en la mayor parte de los casos, pero para ello hay que diagnosticar la malformación antes de que el bebé tenga seis meses. Esto no quiere decir que a partir de los seis meses sea indispensable pasar por tratamiento quirúrgicos, pero habrá más probabilidades de necesitarlos.
Ante una displasia lo más importante es mantener firme el fémur contra la cadera. Para ello se utilizan tres sistemas diferentes según cómo de grave sea la situación. A saber:
- Casos muy leves: Se coloca una prótesis blandita que mantiene la articulación en su sitio. Permite al bebé moverse con libertad. Además, se recomienda coger al bebé a horcajadas haciendo hincapié en uno de los lados (que varía según cuál sea la cadera afectada).
- Casos medios: La prótesis que se utiliza es rígida. No permite que el bebé junte las piernas ni llegue a estirarlas por completo. Dificulta mucho el movimiento del bebé pero no le inmoviliza.
- Casos graves: En este punto es necesario aplicar un firme vendaje en las piernas y caderas del bebé. No va a poder moverse en absoluto de cintura para bajo, al menos durante tres semanas.
Tratamiento quirúrgico de la displasia de la cadera
En los casos muy graves se puede considerar necesario recurrir a un tratamiento quirúrgico de la displasia de la cadera. Se considera muy grave cuando a penas hay cavidad en la cadera o cuando el extremo del fémur está muy malformado.
Esto suele ocurrir cuando no se diagnostica el problema pronto. El bebé sigue moviendo mal las piernas y por tanto los huesos se van a ir rozando empeorando la situación. Para evitar llegar a este extremo lo ideal es detectar el problema antes de que el bebé tenga seis meses. A partir de aquí la situación puede empeorar hasta llegar a necesitar el tratamiento quirúrgico de la displasia de cadera.
Cuando se realiza este tratamiento puede ser necesaria una osteotomía o la implantación de una prótesis adaptada que ayude a mejorar el movimiento de la cadera y el fémur.
Síntomas de la displasia en la cadera de un bebé
Antes de decidir qué tratamiento seguir para tratar a tu bebé por un problema de displasia, tendremos que asegurarnos que nuestro hijo sufre esta dolencia. El médico o pediatra es quien debe diagnosticar que el bebé tiene displasia de cadera pero además existen una serie de factores o síntomas que pueden poner en alerta a los padres.
Asimetría
La asimetría es uno de los muchos signos posibles de displasia de cadera y para averiguar si tiene este síntoma basta con mirar si se produce una curva marcada en la parte inferior de la espalda.
Además los pliegues o arrugas asimétricas de la nalga pueden sugerir la displasia de cadera en los bebés, pero podremos confirmarlo con un ultrasonido o una radiografía para confirmar que las caderas son normales.
“Click” de cadera
Si notas o escuchas un pequeño “click” en la cadera de tu hijo, este puede sugerir que padece de displasia de cadera, pero un chasquido siempre puede ocurrir en caderas normales a medida que se desarrollan los ligamentos y articulaciones de la cadera.
Rango limitado de movimiento
Por otro lado, puede que los padres noten cierta dificultad para cambiar pañales porque las caderas no se pueden esparcir completamente.
Dolor
El dolor no suele estar presente en lactantes y niños pequeños con displasia de cadera, pero el dolor es el síntoma más común de la displasia de cadera durante la adolescencia o cuando es un adulto joven.
Diagnóstico de la displasia en la cadera de un bebé
Para diagnosticar la displasia de cadera, los médicos usan una combinación de exámenes físicos e imágenes como los ultrasonidos o rayos X. La práctica estándar en el mundo que se ha desarrollado es hacer exámenes de cadera para recién nacidos y bebés de modo que se pueda descargar la displasia de cadera en los chequeos de los bebés.
Los bebés tienen un mayor riesgo de displasia de cadera en las siguientes situaciones:
- El bebé es gemelo o de un embarazo múltiple, o estaba en una posición de nalgas al nacer.
- Hay antecedentes familiares de displasia de cadera.
- El médico está preocupado por los resultados del examen físico.
- Hay signos y síntomas de un posible problema de cadera, como una cojera en un niño de edad de caminar.
Se suele recomendar recomienda un estudio de ultrasonido a las seis semanas de edad para casi todas los bebes que nacen en la posición de nalgas o del revés. Los bebés con otros factores de riesgo también pueden beneficiarse de una ecografía, especialmente cuando el pediatra tiene alguna preocupación sobre el examen de las caderas. A veces se recomienda una radiografía a los cuatro meses de edad o más.
La displasia de cadera puede ser difícil de diagnosticar, especialmente si es bilateral (ambas caderas están afectadas) porque las caderas son simétricas. Las caderas pueden estar un poco sueltas, pero por lo demás bien, y luego empeorar progresivamente a medida que el bebé crece, especialmente si se deslizan más lejos de lo normal cuando el bebé está relajado, como durante el sueño. Cuando ambas caderas están dislocadas, el examen es simétrico.
Cuando un bebé con las caderas dislocadas camina, él o ella tiene un modo de andar que es un poco más exagerado de lo que supone unos pasos bormales de bebé. Si sólo se afecta una cadera, es más fácil detectar la cadera afectada porque se puede comparar con la otra cadera. En algunos casos, las dislocaciones de la cadera se han desarrollado en los bebés mayores, incluso cuando el examen del bebé era normal y el ultrasonido era normal a las seis semanas de edad. La causa de estos casos de desarrollo tardío es desconocida.
Tipos de displasia
La displasia de cadera puede ser de dos tipos:
- Displasia leve: Lo que ocurre en estos casos es que la cavidad de la pelvis está aplanada y sólo puede acoger una pequeña parte del extremo del fémur, por lo que el hueso acaba desplazándose.
- Displasia grave: En estos casos el hueso no tiene ningún espacio en el que encajar, porque la cavidad es muy pequeña, y acaba abandonando su lugar fuera de la cadera.
En la siguiente selección de artículos te hablamos de otros posibles problemas frente a los que debes estar alerta: